Recientemente, la familia Zazpe de Aurizberri-Espinal acaba de montar Pirineki, una lechería en donde vende productos lácteos como leche pasteurizada, queso fresco y yogur natural casero elaborados de una manera ecológica a partir del ordeño de sus vacas que pastan en los mismos prados del pueblo. Se trata de un proyecto que tenían en mente desde hace muchos años, pero que no se había llegado a materializar. Sin embargo, aunque la pandemia ha retrasado todo el proceso, por fin la familia de la casa Buruzena ha logrado cumplir su sueño de trabajar todo el proceso, desde sacar la leche de la vaca hasta suministrarla. Tal y como comenta Aitor Zazpe, la cara visible del proyecto, “vendemos la leche que había antes en todas las casas, la leche de verdad. Lo único que hacemos es pasarla por un tratamiento térmico, pero ni añadimos ni quitamos nada. Más natural que eso no hay nada.” De momento, se pueden adquirir sus productos directamente desde sus instalaciones de 140 metros cuadrados en la calle San Bartolomé 74 de Aurizberri y también los jueves y viernes hacen reparto en furgoneta por algunos comercios locales como Dendaberri, de Auritz-Burguete, Xankoi, en Garralda, y por varios establecimientos de los valles de Salazar, Roncal, Esteribar, incluso en Huarte/Uharte y en Atarrabia/Villava. Los precios oscilan entre 1,20 € y 3 €. Además de que sus productos no llevan ningún tipo de aditivos, también se preocupan por respetar al medioambiente y trabajar de una manera sostenible. Por ejemplo, para calentar la leche usan una caldera de gasificación y también comercializan los productos en envases de cristal con la idea de que sean reutilizables y generan así una menor cantidad de residuos. Con una explotación ganadera de 60 vacas de ordeño y otras 60 vacas de carne, este negocio emprendedor, una vez más, hace posible que una familia entera haya apostado por quedarse a vivir y trabajar aquí. Desde MENDIXUT, animamos a los habitantes del Pirineo a que consuman estos productos y a que apoyen a nuestros ganaderos locales, que tanta falta nos hace. “De momento, la respuesta es satisfactoria. Hay mucha gente que valora el kilómetro cero y lo local y vemos que la gente repite, pero estamos en los comienzos y no siempre son fáciles”, concluye Aitor.
